Tiro con arco
Tiro con arco
El Tiro con Arco es, sobre todo, un deporte de precisión, por lo que en principio su práctica requiere una gran capacidad de concentración, pero también una correcta preparación física.
En un torneo olímpico el arquero recorre durante sus desplazamientos a la diana una distancia aproximada de diez kilómetros y según datos de la FITA el tirador desarrolla un esfuerzo similar a ocho o nueve toneladas de tensión sobre el arco al lanzar las 300 flechas que utiliza durante los dos días que dura la competición.
El campo de tiro en el que se realizan las competiciones internacionales es una superficie plana, preferentemente de hierba, en la que se marca la línea de tiro desde donde se realizan los lanzamientos. Por delante de ésta se trazan unas líneas paralelas a las distancias de 30, 50, 70 y 90 metros en modalidad masculina, y a 30, 50, 60 y 70 metros en la femenina. En ellas se indican los puntos sobre los que se colocarán los centros de las dianas.
De acuerdo con las normas de la FITA, el arco utilizado en alta competición debe estar compuesto por una empuñadura y dos palas flexibles, cada una de la cuales termina en una punta con dos muescas para la cuerda y, además, debe usarse tan sólo una cuerda sencilla. La normativa contempla la existencia de arcos de una sola pieza y desmontables, y dentro de éstos los recurvos y los de poleas.
La diana puede ser redonda o cuadrada, y en la actualidad se fabrica de materiales sintéticos tipo foam. Está situada sobre un trípode de madera y su centro debe estar a 130 centímetros del suelo; la inclinación de las patas delanteras con respecto a la vertical es de quince grados. Los blancos están compuestos por piezas de papel o de cartón colocadas sobre la diana
Autor: Álvaro Bueno Egea
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